Biografia

Yo soy Pierreson François, nací en la ciudad de Puerto Príncipe de Haití el primero de diciembre de 1984. Mi familia estaba compuesta de 4 hijos: mi hermana mayor G. y mi hermano D. que no llegué a conocer porque mi papá lo entregó en un orfanato cuando tenía 4 años de edad debido a la discapacidad que tuvo al nacer con un solo pie. Mi segunda hermana M. que falleció en 2006 a la edad de 29 años después de haber dado luz a un bebé varón tras una cesárea. Y finalmente, yo el último de todos.
Mi papá tuvo otros hijos antes de que se casara con mi mamá, de ellos, una vive aún en Puerto Príncipe. La que reciente falleció, vivía en Miami y apena empezaba a relacionarme con ella, pero murió de un cáncer en 2014.
Habiendo dicho eso, vengo de una familia disfuncional, aunque la misma haya sido un hogar cristiano. Mis padres son pioneros de la obra adventista en su comunidad en Haití llamada “Savanette” (está situada en la provincia “Lascahobas” en el departamento llamado “Plateau Central”). Mi mamá se fue de este mundo en noviembre 2015 tras de pasar varios años de enfermedad y de sufrimiento. Sin embargo, mi papá vive aún en Puerto Príncipe.

Como dije arriba, nací en la ciudad, pero, me críe en el campo. Porque cuando mis padres se separaron, mi mamá regresó a vivir con su mamá y en ese tiempo tenía un mes de nacido. Según lo que mi mamá me contaba, nací enfermo y nadie pensaba que iba sobrevivir. Para ese tiempo, mi abuelo que es el papá de mi mamá era carpintero, por mis continuos estados de coma llegó a pensar que no iba sobrevivir construyó un ataúd para cuando me muera tuviera ya todo listo para mi entierro.
Por consiguiente, una noche soñó mi mamá y vio un grupo misionero que vino a la casa a orar conmigo, ella dijo que cuando el grupo cantaba y oraba yo vomité un líquido parecido al agua y en gran cantidad, y, al amanecer, me encontró sanado como si nunca hubiera tenido nada.
Años después, entre mis 11 y 12 años, mis dos hermanas que vivían en la capital pidieron a mi mamá que me enviara a vivir con ellas así asegurarme de una mejor educación. Lamentablemente cuando me fui a vivir con ellas dejé de ir a la iglesia porque ellas ya habían dejado de ir. Así empecé hacer experiencias de la vida libre sin temor a Dios. Tuve muchas dificultades para seguir con la escuela, he vivido con amigos que conocí en mi escuela porque en ese tiempo mis hermanas tenían problemas financieros y yo no quería volver al campo porque la vida no era favorable para mi mamá.
Cuando estaba por cumplir 19 años, fui a vivir con una hija de mi papá que es la que vive aún como lo mencioné arriba, en ese tiempo un primo mío tenía un colegio, por milagro de Dios me dio una beca por tres años. Cuando él me dio esa beca me faltaban 5 años para terminar la secundaria. Ya después de haber cumplido los 19, más o menos una semana después me bauticé. Me acuerdo que cuando me iba a bautizar, mi segunda hermana no quería, ella me aconsejó que no lo hiciera hasta intentó convencerme con su propia experiencia diciéndome que fue bautizada, mira donde está ahora, todavía no estoy preparado para eso, tendría que hacer más experiencia y madurar etc…
Al enfrentar la oposición de mi segunda hermana, me fui a bautizar sin decirle nada a mi media hermana con quién vivía. Después de regresar del ritual bautismal, ella me vio con ropa mojada y me preguntó: ¿Por qué tienes esas ropas mojas en tus manos? Yo le contesté: Yo vengo de bautizarme. Se puso a llorar reprochándome por no haberle avisado mi bautismo, ella me dijo que me hubiera acompañado.
Ahora bien, para desarrollar una vida espiritual saludable, tuve que integrarme en grupos de oración, de actividad misionera (que viajaba a cada provincia de Haití en evangelismo en tiempo de verano y pascua). Entonces, me faltaban 3 años para terminar la secundaria, en una tardecita estando en el patio de la casa de dónde vivía caí en una meditación profunda, en ese preciso momento yo le hice una promesa debido a la precariedad e inseguridad al futuro. Yo le dije a Dios que si me permitiera terminar la secundaria dedicaría mi vida a su servicio (en el ministerio).
Para resumir, en mis dos últimos cursos de secundaria fui becado en otra escuela por milagro de Dios, terminé la segundaria, viajé para República Dominicana a fin de poder entrar al seminario teológico. Pero, no tenía recursos financieros para hacerlo, así que me puse a orar fervorosamente, meses después de haber llegado al país contestó Dios a mis plegarias poniendo en el camino e ángel quién condujo al camino de otro ángel, y, éste terminó pagándome los estudios de teología en la Universidad Adventista Dominicana.
Toda mi vida es una vida de servicio, he sido colportor evangelista durante dos años en varias provincias del territorio dominicano, durante cuatro años Dios me ha permitido ser colportor evangelista viajando a Estados Unidos, he hecho un viaje a México como evangelista voluntario bajo un programa de la Universidad con la División interamericana. He sido voluntario en levantar iglesia en colaboración a otros pastores. Fui pastor interino por 3 meses en La Vega (territorio dominicano).
En la actualidad, soy capellán del Colegio Adventista Dominicano, la vez profesor de la “Formación Humana y Religiosa” al nivel de Secundaria, de Francés al nivel universitario (con la facultad de Humanidades). Curso mi segundo verano en la Maestría del SETAI
Estoy felizmente casado desde hace cuatro años con Marie Lunie Mercier quién como hija de pastor ha sido un ángel en mi vida. Ella es ingeniera en informática y trabaja en la Universidad Adventista Dominicana como docente. Ella se gradúa en noviembre del año en curso de la Maestría Gestión de Centros Educativos.
Juntos tenemos un ministerio que hemos desarrollado desde ya hace un año para ayudar. Buscamos ayudas y con esas ayudas suplimos necesidades de iglesias, miembros paisanos que están en los alrededores de Bonao. Hemos construido un baño para una iglesia, hemos hecho distribución de ropa y juguetes en dos iglesias. Ahora mismo, estamos en proceso de ayudar a jóvenes paisanos que están aquí en el país, pero, por falta de recursos financieros no han podido lograr sus sueños de ser profesionales.
Este gran proyecto nos surgió pensando en nuestro pasado. Mi esposa y yo, hemos pasado muchas dificultades antes de poder lograr nuestros sueños. Por eso, queremos seguir lo que otras personas bajo la influencia del Espíritu Santo han hecho por nosotros.
Somos una “Vida de Servicio”.



Pr. Pierreson François

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